jueves, 15 de enero de 2009

Año Nuevo - Santa Ana, enero 2009





El primero de enero lo pasé junto a los panas Elbert y Alexander en la casa de nuestro amigo Carlos Andrés. Disfrutamos toda la tarde de la generosa hospitalidad de su familia: comimos un hervido buenísimo y carne asada hasta reventar y al finalizar el día nos fuimos a recorrer un camino campestre cercano a su casa, recordando la época de compadres universitarios. Cuando comenzó a caer la noche me encontré con la primera y segunda foto que comparto en esta entrada, por cierto, con las que estrene mi nueva cámara Canon (por fín tengo una reflex digital... yeeeahhh!) 

De regreso a San Cristóbal pasamos a tomarnos unas cervezas frente a la Plaza Bolívar de Santa Ana en un local casi en ruinas, solitario y oloroso a moho de caserón antiguo. Ahí me encontré a la pequeña niña que sale en la tercera imagen, debía tener unos tres o cuatro años y era extrovertida al máximo. Con permiso de su mamá -la mujer que atendía el negocio- le pedí que posara para mí bajo la luz amarillenta de la calle, que hacía resaltar su cabello brillantemente claro. Como premio por su colaboración la dejé tomar algunas fotos (la cuarta soy yo retratado por su tembloroso pulso de fotógrafo precoz). Después de un par de rondas seguimos nuestro camino y mientras nos alejábamos en mi carro, por el retrovisor pude ver a la niña despidiéndose escondida tras el poste de la foto, agitando su pequeña mano. Un día de estos debo regresar a seguir cultivándole el gusto por la fotografía ; )

The Hippie Monk - Táriba, septiembre de 2008


Una tarde tranquila estaba trabajando en mi reducida oficina cuando se asomó por la puerta este personaje, pidiendo una limosna con su dedo índice señalando a la palma de su otra mano. Levanté la mirada instintivamente al ver la sombra en la entrada y ni hace falta decir que quedé sorprendido por su apariencia, así que sin dudarlo un minuto le pedí que me esperara y fuí a buscar mi cámara. Sabiendose poseedor de una completamente pintoresca imagen posó frente a mi casa pacientemente y todo el tiempo en silencio mientras le tomaba varias fotos. Sin estar seguro si era sordomudo o no, le pregunté mitad señas mitad hablando del por qué de ese hábito que llevaba. Pero no me respondió nada, tan sólo me hizo una cruz y siguió su camino por las calles de Táriba. Yo entré a mi casa, busqué mi infaltable café negro vespertino y seguí trabajando en las fotos de una boda.

Cementerio de Táriba - Año 2005





¡Saludos! En esta publicación les voy a mostrar las primeras fotos que tomé en blanco y negro con una cámara digital. Este tipo de fotografía siempre me ha gustado porque toda la atención que le roba el color a una escena se le suma al personaje que la protagoniza o algún detalle -a veces subjetivo- de la imagen. Cuando tenía 14 años ya cargaba una excelente cámara réflex Pentax K1000 de mi papá con película pantone la cual revelaban a precios bastantes elevados en un sólo laboratorio de San Cristóbal. Cuando comenzé la universidad me coleaba con los estudiantes de comunicación social al cuarto oscuro de la carrera y junto al inolvidable Pipo (el profesor de fotografía) aprendí los secretos del revelado y copiado y hasta tuve mi pequeño laboratorio casero por esa época. Casi 8 años después hacía mi primera incursión al blanco y negro con estas fotos tomé por allá en el año 2004, cuando estaba estrenando mi segunda cámara digital (y mi primer equipo medianamente decente, porque la primera daba imagenes de sólo 800 x 600 pixeles y no tenía pantalla para visualizarlas) Se trataba de una Kodak CD33 de 3.1 mp, una compacta de aficionado que era para lo único que me alcanzaba el presupuesto de aquella época.
 
Un domingo caluroso y soleado, estaba haciendo zapping en mi casa, aburrido a mas no poder. Buscando en que entretenerme recordé a mi flamante cámara nueva y se me ocurrió salir a cazar fotografías en el cementerio de Táriba, lo cual una vez hace mucho tiempo atrás lo hacía una buena amiga, obteniéndo excelentes imagenes. Pues bien, me monté en mi fiat uno que tenía para esa época y tras unos minutos ahí estaba, unas personas visitaban a sus seres queridos fallecidos, otras vendían flores... y yo comenzé a disparar mi cámara.

De primera a última foto: Alas y Espinas, Así es el Mundo, Vida Fragmentada, Buscando Caminos en el Cielo.

Bienvenidos a A Punta de Foto


¡Hola a todos! me les presento como Carlos D!, soy Licenciado en Administración, próximo estudiante de Artes Audiovisuales y actualmente tengo una pequeña productora en Táriba, Venezuela. Desde hace un poco más de un año a la fecha, me dedico a vivir de uno de mis hobbys de toda la vida y de otro algo más reciente: la fotografía y la edición de video. De más está decir que siempre cargo una cámara encima así que en este blog pienso publicar periódicamente aquellas imagenes que a veces cazo intencionalmente, otras sin querer y su respectiva reseña de como nació esa fotografía. ¡Espero les gusten!